domingo, 25 de septiembre de 2011

APOLOGÍA DE LA COMUNIDAD HERÁLDICA


A todos los que la presente vieren:

Desde un tiempo, los diversos sitios virtuales pertenecientes a la Comunidad Heráldica han servido de tribuna para algunos debates. En su inicio, tales debates fueron de gran aportación a la Ciencia Heroica, pero al tiempo decayeron en querellas personales y aun diatribas. Por esta razón, don José Juan Carrión Rangel -redactor y editor del celebérrimo "Blog de Heráldica"- decidió motu proprio a formar una campaña por la reconciliación dentro de la comunidad, a la cual se sumaron la mayoría de los blogs que abordan la heráldica y demás ciencias afines. Recuerdo que en su mensaje de agradecimiento por sumarme a esta iniciativa, don José Juan me dijo lacónicamente "¿Lograremos algo? Yo creo que no".

Al parecer, las palabras de don José Juan resultaron proféticas.

Últimamente, hemos observado que en la precitada bitácora del comandante Carrión se ha desarrollado una disputa entre egregios heraldistas, la cual ha devenido tristemente en la cesación de aportaciones al "Blog de Heráldica" por autores de reconocida erudición, así como el reproche a su editor por la excesiva indulgencia que ha tenido en publicar las opiniones del causante de la querella.

Puedo comprender la molestia de quienes se hayan sentido agraviados por tales opiniones -más aún si el lenguaje utilizado se ha inclinado a la sevicia-, pero considero injusto que se extienda la crítica a don José Juan o sindicarle como adherente de alguna de las partes de la querella por el sólo hecho de publicarla.

El "Blog de Heráldica" hace tempo que dejó de consistir en una bitácora personal, sino que se transformó -por consenso espontáneo de los partícipes de la comunidad y, seguramente, muy a pesar del mismo don José Juan- en un foro común, tolerante y practicante de la libertad de opinión; una sede donde doctos y legos en la Ciencia del Blasón pueden encontrar un espacio para manifestar sus opiniones; aunque el redactor y editor esté radicalmente en contra de los juicios formulados. Por eso, más que corregirle, hay que felicitar a don José Juan por el promover esta libertad.
Recuerdo que una vez intervine en un debate sobre la capacidad heráldica femenina, publicado en el repetido blog del señor Carrión, en donde hice una defensa en la capacidad de la mujer en adoptar sus armas propias, yendo en contra de la opinión de un distinguido heraldista preopinante. A los días recibí una réplica del repetido heraldista, quien ratificaba su postura en negar a la mujer la adopción de armas propias, empleando un estilo y contenido totalmente contrarios a los modales y materia a la que estoy acostumbrado a debatir. Sin embargo, ni mi contradictor ni yo supusimos que don José Juan haya tomado partido por tal o cual argumento por el hecho de publicar y editar las aportaciones; sino que entendimos que el redactor sólo se limitó a ofrecer su tribuna.

Yo no niego que esta entrada sea una apología al "Blog de Heráldica" en general y al señor Carrión Rangel en particular. Por el contrario, considero que de no abogar por el genuino espíritu y la nobleza con que ha actuado don José Juan en poner a disposición de cualquiera su bitácora sería, sin más, un acto propio de un desagradecido, pues gracias a su promoción -a la que también debo a otros caballeros redactores de blogs heráldicos, tales como don Fernando Martínez Larrañaga, el Dr. don Daniel García Riol, el Excmo. Sr. don Francisco de las Heras y Borrero, don Kimon Andreou Vergara, y otros- es que mis aportaciones jurídicas al campo de la heráldica tienen un público lector de considerable número en Europa y América.

Por lo tanto, vuelvo a citar el llamado por la Unidad de la Heraldística hispanoamericana, realizado por varios heraldistas de la red durante el mes de abril de este año, para que seamos fieles a ese espíritu y, en concreto, elevemos el contenido del debate, atendiendo a aquellas materias que permitan a la Ciencia Heroica instalarse como una disciplina masiva, plenamente vigente en este siglo, y despreciemos aquellos comentarios inconducentes.

Cierro estas palabras conciliatorias agradeciendo las felicitaciones que recibí por el primer aniversario de este blog, y me comprometo a entregar antes de 14 días una nueva publicación, esta vez suspendiendo la continuación del capítulo sobre el Juicio de Armas, puesto que debo contestar una pregunta a un estimado lector anónimo.

Reciban todos y cada uno de los estimados lectores mi más distinguida consideración,